22 de mayo de 2021 por Eduard Moreno – emoreno@eduardmoreno.com y Jorge Dolz – jorge@jorgedolz.com
Enero de 2021 fue un momento especial, un momento cargado de emoción y reflexión. Un mes para mirar atrás y entender qué había sucedido, y cómo lo había afrontado. Fijándome en todo el año, y en especial en los últimos meses, la conclusión fue que, si bien los primeros nueve meses del año fueron afrontados de forma próspera, los últimos tres fueron más bien de supervivencia que otra cosa. Algo había que cambiar para empezar el año con buen pie.
Tras varias reflexiones, análisis, y múltiples anotaciones, la conclusión fue que en el último período del año había perdido de vista lo más importante para sacar todo adelante. Y en este caso, lo más importante era y es, la gestión de la energía de uno mismo para ser capaz de gestionar la energía dedicada a otros.
Demasiados meses aislado, en confinamiento, con muchos cambios y varios proyectos a la vez, provocaron que mi foco se dirigiera a todo lo externo, provocando ello junto con la peculiaridad del confinamiento, una alta dosis de estrés difícil de gestionar.

Estrategia
Así que tomé la decisión de aplicar la estrategia Flying, Sailing, Walking (Volar, Navegar, Caminar). Básicamente la estrategia consiste en tres partes diferenciadas entre sí, pero que combinadas tienen mucha fuerza. Os la explico:
- Flying: Ponte tú mascarilla, antes de ayudar a otros a ponerse la suya. Tal y como nos indica la tripulación al subir a un avión, hemos de ponernos primero nuestra mascarilla antes de ayudar a otros. Así que esta es la primera parte de la estrategia, ponerme la mascarilla o, dicho de otra manera, focalizarme en mi interior antes de focalizarme en el exterior.
- Sailing: Este concepto tiene dos aplicaciones una estratégica y otra más táctica. El factor estratégico está relacionado con la soledad del navegante y el paralelismo con la actual situación en la que vivimos, en confinamiento la mayor parte del tiempo, en ocasiones aislados de familia, amigos, de compañeros de trabajo, etc. Así que, para hacerlo más llevadero, me ubico virtualmente al gobierno de la embarcación que navega los mares en solitario. Navegar en solitario, no deja mucho margen al error ni al despiste. Es necesaria la organización y la disciplina para llegar a nuestro destino, y evitar quedar a la deriva.
- Walking: Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar. Como ya nos decía Antonio Machado en su poema. En este caso viene aplicado a la estrategia por la necesidad de caminar, ni correr, ni gatear, simplemente caminar. Paso a paso, sin prisa, pero sin pausa. Y no me refiero a caminar como ejercicio físico únicamente, sino a la ejecución de la estrategia, sin prisa, de forma organizada y con foco en el día a día, el paso a paso.
Táctica
Explicada la estrategia paso a la parte táctica, y cómo la llevé a cabo. Es en este punto donde entran en juego las dos tácticas aplicadas:
- Gestión de la Energía.
- Gamificación.
Por una parte, como comentaba anteriormente, el foco debía de estar en el interior, en la gestión de la energía interna de uno mismo, de mí mismo. Así que la gestión de la energía pasó a tener un aspecto táctico importantísimo para llevar a cabo la estrategia. Decidí aplicar el concepto recientemente aprendido “gestión de nuestra energía”. ¿Y qué tipo de energía? Pues las cuatro que a continuación detallo:
- Energía Física: Esta abarca lo relacionado con alimentación y ejercicio físico. Qué comer, y cuando. Qué ejercicio hacer y cuando. Un correcto foco en la energía física me ha de llevar a tener un óptimo estado de salud, por mantener una buena alimentación, pero además por hacer el suficiente ejercicio.
- Energía Mental: Esta energía está relacionada con la presión y el estrés al que nos sometemos a nosotros mismos. ¿Es justo lo que esperamos de nosotros mismos? ¿Nos respetamos lo suficiente cómo para saber dónde están nuestros límites? Un equilibrio en nuestra energía mental nos ha de llevar a no sufrir agotamiento mental, estrés, ansiedad, etc. Tener control de nuestros límites y saber cuándo decir sí, y cuándo decir no.
- Energía Emocional: Aquí incluimos nuestras inquietudes, nuestras motivaciones, aquello que nos llena interiormente. Pueden ser nuevos proyectos que queremos emprender, puede ser el contacto con tus seres queridos, etc. Un correcto equilibrio nos ha de llevar a no tener la sensación de que perdemos el tiempo. Nos ha de generar satisfacción por hacer lo que nos gusta, y estar con quien queremos.
- Energía Espiritual: En este caso el foco lo aplicamos a lo que aportamos a otros. Esta energía se enfoca en qué estamos haciendo nosotros que aporte a terceras personas. Tener un correcto equilibrio a nivel espiritual no únicamente te llevará a una sensación de plenitud, sino que además estarás ayudando a otros, y el efecto positivo para ti y para aquellos a los que ayudes se multiplicará de forma exponencial.
Por otra parte, aquí es donde aparece la segunda aplicación del concepto “Sailing”, en este caso desde un punto de vista táctico. Para lograr un mayor compromiso por mi parte necesitaba identificar una forma de evaluación del progreso, y así tener la sensación de constante evolución y consecución del objetivo. Así que, para ello apliqué la gamificación como herramienta de motivación personal. En concreto, y según veremos más adelante en la parte técnica, además de situarme virtualmente al gobierno de la embarcación en solitario, el hecho de ir cumpliendo con la ejecución prevista me generaba una recompensa en concepto de millas náuticas, las cuáles se iban acumulando día a día y semana a semana para lograr el objetivo final.
Todo suena muy teórico hasta aquí, así que voy a entrar más al detalle, a la parte de ejecución, a la técnica.
Técnica
Aquí es donde se pone de relevancia la importancia del foco a nivel técnico en el momento de la ejecución. Eran tres semanas las que tenía por delante, con una estrategia y táctica definida, era importante acertar en la técnica. Pues la técnica aplicada fue algo tan simple y efectivo como es focalizarse en el proceso y no en el resultado. Focalizarse en el día a día, incluso fragmentar el día en partes más pequeñas, y olvidarse de alguna manera del objetivo final a cumplir, para focalizarse en aquello que nos lleva a conseguirlo.
Para ello, definí distintos indicadores para cada una de las energías descritas, y así lo único que debía hacer era asegurar que cumplía con el compromiso inicial. A continuación, los indicadores utilizados:
- Energía Física: 2L de agua al día, Ayuno >12h, No Alcohol, Ejercicio, Estiramientos, Dormir mínimo 6h.
- Energía Mental: Respetar horarios laborales, descansos y paradas, Decir NO a algo cada día.
- Energía Emocional: Dedicar tiempo a una afición, Dedicar tiempo a un proyecto específico.
- Energía Espiritual: Escribir.
Habiendo decidido los indicadores, había que aplicar la gamificación, así que decidí que por cada día exitoso, obtendría 50 millas náuticas. Una semana tendría un total de 350 millas náuticas que conseguir, por lo que tres semanas supondría un total de 1050 millas náuticas.
Ahora bien, ¿cuál es la definición de día exitoso? Bueno, pues alineado con la energía mental, decidí aplicar cierta tolerancia y flexibilidad. Ya que no soy Superman, y es necesario saber gestionar nuestras propias expectativas, capacidades y limitaciones.
Para determinar la consecución por día, tan solo era necesario dividir el número de indicadores conseguidos por el total de indicadores. Ejemplo: 9 indicadores conseguidos, supondría una consecución de 75%, ya que hay un total de 11 indicadores.
Recompensas por nivel de consecución:
% Consecución | Recompensa |
>=75% | 50 millas náuticas |
50% < 75% | 25 millas náuticas |
<50% | 0 millas náuticas |
Pero claro, también había que premiar el esfuerzo extra, así que planteé algún premio extra por ir más allá de lo esperado en base a dos variables:
- En función de la consecución:
% Consecución | Recompensa |
100% | 75 millas náuticas |
- En función de las condiciones meteorológicas en el momento de hacer ejercicio:
@tEX (at time of Exercise) | Recompensa extra |
Lluvia | 25 millas náuticas |
<5°C | 25 millas náuticas |
Habiendo definido ya todo el marco teórico; estrategia, táctica y técnica, únicamente parecía que quedaban dos partes por rematar:
- El seguimiento del proceso.
- ¡Empezar!
Tampoco era necesario complicarse demasiado, al menos no más de lo necesario, así que para hacerlo más fácil y llevadero y tenerlo constantemente presente, utilicé un recurso más que preciado por mi parte como es el “whiteboard”. Y aquí vale más una imagen que más palabras.

La pizarra, un sistema simple, visual y divertido (por los colores ?), pero también muy eficaz. Cada fila un día distinto, cada columna (de la 2 a la 12) un indicador. Seguimiento de la méteo y seguimiento del progreso con datos parciales por día, por semana y por viaje. Y además indicadores de control para valorar si iba alineado con las previsiones iniciales o había que modificar o rectificar algo. Sin ordenador, ni Excel… ¡Únicamente con rotuladores y calculadora!
El resto creía que únicamente era empezar, pero fue entonces cuando apareció un pilar esencial para soportar y dar apoyo a toda la ejecución: mi “accountability buddy – the person who holds me accountable.”
Esencialmente, con quién comparto mi progreso, quién me da mensajes de ánimo, quién aporta desde su experiencia, pero también quién me ofrece simplemente su escucha activa. Jorge, mi Buddy! Te doy paso buddy…
¡Muchas gracias Eduard!
Hace pocas fechas, Eduard me habló del término que titula este artículo, me costó y me cuesta lo mío darle sentido en español, así que tampoco lo voy a intentar… lo que si voy a hacer es reflejar cómo he vivido esta historia.
Un buen día me llama Eduard y me dice “Do you want to be my accountability buddy?” y yo me quedé; mmmmmm… pero si, si, quiero; si tú quieres que sea yo, yo quiero, así como el que no sabe si la piscina tiene agua… es lo que tiene la ignorancia (y que gustito más rico reconocerla y tener ganas de aprender).

Uno no sabe muy bien por qué, pero alguien especial / único de tu entorno se inspira en ti, te toma como referente en algo y te hace responsable de ello, compartiendo contigo su día a día acerca de ese algo. Mientras, va logrando colmar tu depósito de felicidad y entonces ocurre la magia: Eduard transformando su estado físico, mental y emocional y yo transformando mi estado espiritual. Yo influyo en el estado de Eduard y Eduard influye en mi estado… y sin saber muy bien por qué… MAGIA… y trabajo.
Y entonces ya empiezo yo a pensar cómo traslado esta enseñanza a cualquier esfera de la vida, en este caso concreto, a nuestra profesión, a nuestro mundo laboral, las ventas.
Eduard ha trazado un plan al detalle, al milímetro, sin dejar nada al azar…
Hasta aquí todo claro, de manual, pero ¿cuántos planes perfectamente estructurados nunca se llevan a cabo o no se desarrollan correctamente? Ya me respondo yo, muchos, a montones. No voy a contar cómo hacer o no hacer, porque seguro que hay tantas maneras como personas haciendo, simplemente reflejaré mi experiencia.
El punto básico es la actitud que le lleva a Eduard a la acción de hacer, tan sencillo como lo escribo y tan difícil cómo que muchas veces no hacemos. Es aquí donde el término “to hold someone accountable” gana una fuerza extremadamente poderosa. Cuando Eduard comparte su idea conmigo, es seguro que va a reforzar su actitud para pasar a la acción.
“Tu actitud determina tu altitud.”
Planificar, compartir, hacer partícipes a otros, asumir responsabilidades y poner el balón en juego (caminar que decías Eduard).
Cuando Eduard pasa a la acción, ya estamos de lleno metidos en el barro, estamos haciendo, somos equipo y la magia va sucediendo, porque vamos trabajando el proceso según el plan. Tenemos conversaciones donde vemos que va pasando, surgen ideas a lo largo del diálogo para cambiar y mejorar, Eduard las implementa, le transmito experiencias vividas y él decide si le sirven o no. Me comparte los indicadores clave de proceso que ha determinado y el peso que les ha adjudicado para medir sus acciones y todo ello hace que el camino sea un espacio de disfrute y motivación.
“Lo que no se puede definir no se puede medir, lo que no se puede medir no se puede mejorar y lo que no se puede mejorar se deteriora.”
Y por último nos quedará el resultado, saber si Eduard logra el objetivo, la meta… y llegado este punto… sinceramente a mi me da exactamente igual, ¿y a ti, Eduard? es algo en lo que no pienso.
Tengo fe ciega en Eduard, en sus capacidades, en su actitud y su poder. También tengo claro que cuando las cosas se piensan, se traza un plan, se miden para mejorar y se hacen, el resultado llega si o si o seguro también.
Disfrutar del camino, abrir bien los ojos, contemplar la grandeza que nos rodea y nunca dejar de jugar.
Mi experiencia es un regalo, he disfrutado del proceso de Eduard, lo estoy viviendo plenamente y el ser su “holding accountable on…” me hace llenar de felicidad mi depósito y crecer hasta hacer que casi no me entra la ropa y entonces… entonces me doy cuenta que ese camino no es el correcto y vuelvo a hacerme pequeñito para seguir trabajándome cada instante.